Información Teórica del test
El Test De Bender- Koppitz
El
Bender Gestalt Test (L. Bender, 1938) consiste en copiar 9 tarjetas (tamaño 10
x 15) con dibujos abstractos. Era inicialmente un test clínico para adultos,
basado en las figuras que Wertheimer utilizó para demostrar los principios de
la Psicología de la Gestalt en la percepción. Posteriormente, se fueron creando
sistemas objetivos de puntuación y se fue utilizando por distintos
profesionales que trabajaban con niños, como Elizabeth Münsterberg Koppitz.
El
primer libro de Koppitz, sobre el Test de Bender (El test Guestáltico
Viso-motor para niños, Guadalupe, Buenos Aires, 1974) fue escrito al principio
de los años 60, cuando existía gran interés por los procesos perceptivos y su
relación con los problemas de aprendizaje, y se establecían aulas especiales
para los niños con dificultades, en función del diagnóstico.
Así,
su objetivo fue establecer “diferentes modos de analizar los protocolos del
Bender producidos por niños para evaluar la madurez perceptiva, posible
deterioro neurológico, y ajuste emocional en base a un solo protocolo”.
Obtuvo
gran difusión y se utilizó en muchas investigaciones posteriores, que llevaron a
revisar algunas de las hipótesis iniciales. El segundo libro (E.M.
Koppitz, El test de Bender, oikos-tau, Barcelona, 1981) presenta las
actualizaciones desde 1963 a 1973.
El
presente resumen es una síntesis adaptada principalmente del segundo
libro. Se han seleccionado los aspectos necesarios para la aplicación,
corrección e interpretación actualizada, suprimiendo datos estadísticos y
variaciones técnicas poco utilizadas (aplicación a grupos, por evocación, etc.)
Además, se incluye una hoja que facilita la corrección. Para una información
más completa y, sobretodo, ver protocolos realizados por niños, ejemplos de
puntuación y consultar el Manual Revisado de Valoración, se remite a la lectura
del libro.
Es un
test de integración viso-motriz, proceso más complejo que la percepción visual
o la coordinación motriz por separado (Determinada, según L. Bender, por
principios biológicos que varían en función del nivel de desarrollo-maduración
y el estado patológico. orgánico o funcional, de cada individuo).
La
percepción visual (interpretación de lo que se ve) depende tanto de la
maduración como de las experiencias del niño. No podremos decir que un
niño es capaz de percibir correctamente la figura “A”, hasta que pueda
determinar, consciente o inconscientemente, que consiste en un círculo y un
cuadrado inclinado, no un rombo, y que ambos son aproximadamente del
mismo tamaño, dispuestos en horizontal y tocándose. Pero que el niño
pueda percibirlo no significa necesariamente que pueda copiarlo. Tiene
que traducir lo que percibe en una actividad motriz, traspasarlo al
papel.
Por
consiguiente, las dificultades en la copia de las figuras pueden ser debidas a
inmadurez o mal funcionamiento de la percepción visual, de la coordinación
motriz o de la integración de ambas.
La
mayoría de niños con pobres resultados en el Test de Bender no tienen
dificultades ni en percepción visual, ni en la coordinación motriz, sino en la
integración perceptivo-motriz; es decir, tienen todavía dificultades en una
función que requiere un más elevado nivel de integración.
Madurez
que habitualmente consigue un niño a partir de los 8 ó 9 años. Antes de esa
edad, incluso los niños normales acostumbran a tener dificultades para copiar
el Test de Bender sin ninguna imperfección.
DOCUMENTO INTERNO
DE TRABAJO. E.O.E.P.
DE COSLADA. J.Mª. POZO RUIZ. Enero 2004.
Comentarios
Publicar un comentario